NAZIS vs VÍRGENES: CATALUÑA (1940, 2023)
Cuando se acercan las elecciones, los
medios de comunicación cocinan una polémica artificial que crispa los nervios
de los ciudadanos para enfrentarlos con sus iguales y que legitimen con su voto
el poder de los mismos indeseables que han diseñado la polémica de laboratorio.
El entretenimiento de las últimas semanas ha sido el gag humorístico del
espacio televisivo Està passant en el que una actriz disfrazada de la
virgen del Rocío hacía una parodia “hilarante” (según el director del propio
programa), mediocre y previsible según mi parecer, en el que se mostraba a la
virgen como mujer andaluza, zafia y sexualmente desesperada. Esta polémica, más
prefabricada que la nieta de Ana Obregón, más artificial que los pechos de Ana
Obregón y más premeditada que la propia polémica de la abuelidad de alquiler
de Ana Obregón, ha conseguido enfadar al votante conservador, católico y
nacionalista español para que acuda a las urnas, pero también al progre
catalanista defensor del laicismo y el “buen humor”, otro iluso votante que
también acudirá al colegio electoral, del mismo modo que un devoto acude a la
procesión de la virgen del Rocío. Si todos ganan, nosotros perdemos. Gana el
poder y pierde el pueblo. ¿A qué les suena esta historia?
Para historia, la que nos contó hace unos
años el antes referido director del programa de marras, el empresario,
humorista e historiador catalán Toni Soler, autor del panfleto Història de
Catalunya (modèstia a part) en el que se atreve a abordar la totalidad de
la historia de Cataluña sin citar una sola referencia bibliográfica. Para escribir
semejante engendro, ya podían haberle dado el encargo a otro humorista, por
poner un ejemplo, al andaluz Chiquito de la Calzada, mucho más hilarante,
ingenioso, popular y con los mismos conocimientos sobre historia de Cataluña
que Soler. Entre otros muchos desatinos, el relato fantástico sobre el pasado
de Cataluña que imagina Antoni Soler Guasch olvida por completo al pueblo
catalán como protagonista de su historia, culpa de todos los males de los
catalanes a elementos externos y reivindica con ardor patriótico el
imperialismo de la corona de Aragón en el Mediterráneo.
Pocos vividores llevan más años en TV3
medrando con el presupuesto del Estado (del Estado español) que el
“independentista” Toni Soler, logro conseguido a base de decir lo que tiene que
decir para que sus amos estén contentos con sus perrunos servicios y le den una
golosina en forma de dinero, mucho dinero. Su productora, Minoria absoluta,
se embolsó más de 45 millones de euros entre 2005 y 2017 por hacer dos
programas de humor en la televisión estatal catalana[1]
y casi 5 millones anuales en 2020[2],
cifra que se ha mantenido desde entonces; otra de sus empresas, Mestres
Films, también dependiente del presupuesto del Estado, recibió la minucia
de un millón de euros el 10 de febrero del año pasado por parte del Ministerio
de Cultura (español) para financiar una película sobre un tema original y que
casi nunca ha sido abordado con imparcialidad por la industria del cine patrio,
la Guerra Civil… Como curiosidad, señalamos que Minoria absoluta es propietaria del 3% del diario independentista Ara, cuyos accionistas mayoritarios son
la familia Rodés y la Fundación Lluís Carulla; los Rodés son la familia más
rica de España y están fuertemente vinculados a la familia real española; los
Carulla dominan una de las principales multinacionales españolas, Gallina Blanca[3].
Tal vez sea yo muy mal pensado, pero tengo
el convencimiento de que es propio de nazis reivindicar el expansionismo
militar de la nación (Països catalans, en este caso), falsear la
historia, hacer desde el poder del Estado español una crítica a ese mismo poder,
denunciar el capitalismo al tiempo que se practica el capitalismo más
codicioso, reírse de las clases populares desde la élite intelectual o elaborar
teorías conspirativas que culpan de todos los problemas a un chivo expiatorio
(los castellanoparlantes) al que denigran y ridiculizan por considerarlo un
grupo étnico inferior. Que los programas de TV3 y RAC1 insulten a diario a los
catalanes que hablamos en castellano solo sirve para fomentar el odio y que no
pocos ilusos griten vivas a la Guardia Civil. Con estos argumentos, muchos
pensarán que Toni Soler es un nazi y que la principal forma de fascismo en
Cataluña es, hoy, el independentismo institucional, una religión política
caracterizada por la adhesión y obediencia al poder, el estatismo, el racismo y
la más absoluta ausencia de pensamiento crítico o voluntad transformadora. Sin
olvidar que los que con más fervor aplaudieron a las autoridades (sanitarias)
durante el confinamiento fueron ciudadanos progresistas de la pequeña burguesía
urbana adepta al independentismo institucional que alientan ideólogos como Toni
Soler.
¿A qué viene semejante encono contra un
presentador de televisión que no hace más que defender su legítima libertad de
expresión? A que mientras él y sus secuaces se dedican a ofender los
sentimientos de las clases populares desde las alturas del poder, este escritor
y esta revista preferimos denunciar y combatir con fuerza el poder intelectual,
lacayo, despilfarrador y adoctrinador que representan esbirros de la élite como
el presentador y guionista de TV3. Toni Soler sirve al nacionalismo catalán,
que se regodea en su miseria moral con una parodia que se ríe de la cultura
del pueblo andaluz, al tiempo que sirve los intereses del nacionalismo
español que saca rédito de esta polémica; Toni Soler se sirve a sí mismo
enriqueciéndose con los astronómicos ingresos de sus numerosos negocios
capitalistas, al tiempo que sirve al Estado español, un Estado que sufraga sus
empresas con el dinero de los impuestos que pagamos los catalanes, y que
también pagan los andaluces que veneran a la virgen del Rocío.
Virtud y Revolución no sirve a nadie, ni va a sacar beneficio alguno con
la publicación de este artículo, así que somos tan libres como para
enfrentarnos al poder del Estado que ha pergeñado la polémica de turno, nos
alecciona, se ríe de nosotros, nos exprime a base de impuestos y se presenta a
las elecciones esperando a que les votemos. ¡Pues que esperen sentados!
La
tarde del 23 de octubre de 1940, el jerarca de la dictadura alemana y el
Partido Nacionalsocialista Heinrich Himmler visitó la abadía de Montserrat,
corazón espiritual de Cataluña y morada de la virgen más venerada de mi tierra,
la Mare de Déu de Montserrat, conocida popularmente como “La Moreneta”. Toni
Soler todavía no había nacido, así que perdió la oportunidad de saludar al
Reichsführer-SS.
[1] Dircomfidencial, 20-11-2017.
[2] Crónica Política de El Español, 4-11-2020.
[3] El Debate, 12-4-2023.
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