jueves, 21 de diciembre de 2023
domingo, 3 de abril de 2022
sábado, 15 de enero de 2022
sábado, 15 de mayo de 2021
DIOS AL SERVICIO DEL PODER. La religión como instrumento de dominación
DIOS AL SERVICIO DEL PODER
LA
RELIGIÓN COMO INSTRUMENTODE DOMINACIÓN
I.
Hebreos,
jázaros y religión judía
Los hermanos judeo-franceses Roger y Messod Sabbah aseguran que el
origen del pueblo hebreo se encuentra en el antiguo Egipto. Después de un largo
estudio en los campos de la filología y la arqueología, los dos investigadores han
llegado a la conclusión de que Abraham,
el patriarca del pueblo hebreo, no era natural de Ur, en la Baja Mesopotamia, sino
que se trataba en realidad del faraón egipcio Akenatón, esposo de Nefertiti y adorador de un solo dios, así que introductor
del monoteísmo religioso. Tras el
breve reinado del joven Tutankamón, Ay, nuevo faraón y furibundo politeísta,
ordenó la expulsión de Egipto de los adoradores de un solo dios afincados en la
ciudad de Aket-Aton, la tierra natal de Akenatón y Nefertiti. Este fue, según
los hermanos Sabbah, el ‘Éxodo’ que
relata la Biblia y en el que Moisés condujo a su pueblo a la tierra de Canaán,
entonces una remota provincia del imperio egipcio. Esta emigración dataría del
siglo XIV a.C. y concluyó con la fundación del reino de Judea o Yahuda; ‘yahud’ significaría ‘adoradores del
faraón’[1].
El psiquiatra judeo-austríaco Sigmund Freud
llegó a la misma conclusión con un siglo de anticipación, cuando aseguró: ‘Si
Moisés fue egipcio, si transmitió su propia religión a los judíos, fue la de
Akenatón’[2].
Tras la diáspora del pueblo hebreo en los siglos I y II d.C. ordenada en
primer término por el emperador romano Tito tras la destrucción del Segundo
Templo de Jerusalén, los judíos se expandieron por ciudades de todo el mundo,
fundando sinagogas y juderías. Sorprende que en la actualidad más del 80% de
los judíos del planeta son del grupo ‘asquenazí’,
es decir, descendientes de los judíos que durante la edad media poblaron Europa
oriental y central y desarrollaron el idioma yidis, una lengua que aglutina
elementos germánicos, pero también eslavos y de la lengua hebrea. Sorprende,
porque los asquenazíes no son descendientes de los hebreos del reino de Israel,
sino de los habitantes del reino de
Jazaria que decidieron convertirse al judaísmo en el siglo IX d.C. La conversión al judaísmo de la mayor parte del pueblo
jázaro se mitificó con la creación de un ancestro legendario común, Kozar, supuesto
hijo de Togarmés, así que bisnieto de Jafet, uno de los tres hijos del
patriarca bíblico Noé[3].
Los jázaros fueron un pueblo túrquico originario de Asia central que se asentó
en la zona situada entre el Mar Negro, el Mar Caspio y el Cáucaso en el siglo
VII d.C. El judaizado reino jázaro consiguió derrotar y frenar la expansión del
Islam hacia el este de Europa, aliándose con el Imperio Bizantino. El reino de
Jazaria acabó siendo absorbido por Rusia.
II.
Los
orígenes del cristianismo y la persecución de los cristianos
El
cristianismo fue un movimiento revolucionario que combatió al poder en
la época de Jesús de Nazaret, enfrentándose a las instituciones estatales asentadas
en Judea que dirigían los colonizadores de los ejércitos romanos en connivencia
con el clero judío local. Tal y como muestran los Evangelios, y han analizado
autores como el beato de Liébana, Friedrich Engels o Karl Kautsky[4],
el cristianismo, además de una secta religiosa, fue un movimiento
social-revolucionario que se opuso a la
violencia de los legionarios romanos, a la avidez de los recaudadores de impuestos, a la codicia de los ricos mercaderes, al trabajo esclavo y al patriarcado
impuesto por el derecho romano. Los cristianos propusieron una nueva sociedad
basada en el amor al prójimo, la
dignificación del trabajo manual, la comunidad de bienes y la toma de decisiones
democrática a través de la ‘asamblea’ (palabra que en griego se denomina ‘ekklesía’, de la que ha derivado
‘iglesia’). Una base doctrinal que estaba presente entre los judíos esenios,
pero también entre los vascones,
celtíberos e íberos, razón por la que el cristianismo encajó a la
perfección en la cosmovisión de los pueblos de la Península Ibérica que sufrían
el yugo de un Imperio Romano en descomposición. El cristianismo fue uno de los
fundamentos doctrinales de la Revolución
bagauda de los siglos III al V d.C., que a su vez fue la punta de lanza de la
Revolución altomedieval[5].
Como respuesta a la militancia
cristiana, los romanos se emplearon a fondo en la persecución de los cristianos. Tras las primeras persecuciones protagonizadas
por el clero judío, los emperadores de Roma Nerón y Domiciano (siglo I)
comenzaron la temprana persecución de los cristianos, aunque ésta se agudizó
con la crisis del Imperio en el siglo III y tuvo su máxima expresión un siglo
después durante el mandato de Diocleciano, perpetrador de la llamada ‘Gran
Persecución’ (303-313) durante la cual ciudades enteras fueron arrasadas y
miles de personas fueron martirizadas por sus creencias religiosas en un
intento desesperado del orden estatal por evitar el colapso de un Imperio
agonizante.
Hoy día los cristianos son un colectivo ridiculizado, perseguido y
exterminado. Las películas y series de la televisión, los “intelectuales”
de Twitter, los políticos de la izquierda y hasta los libros de texto
identifican ‘cristianismo’ con fundamentalismo
religioso, pensamiento anticientífico y curas pederastas[6].
Mientras los cristianos de Sri Lanka son masacrados, las actrices del colectivo
Femen
se desnudan como “protesta” frente a iglesias y catedrales, pero nunca en delegaciones
del gobierno, comisarías de policía, edificios de la banca, mezquitas,
sinagogas o pagodas. Solo en 2018 fueron
asesinadas 4.305 personas en el mundo por el hecho de ser cristianos; uno
de cada cinco cristianos del planeta (dos
de cada cinco en Asia) está legalmente discriminado o su vida corre peligro
a causa de sus creencias religiosas. Después de muchos años pasando por alto el
genocidio, hasta el papa Francisco
ha tenido que denunciar una persecución que es ‘mayor y tiene la misma crueldad
que la que se vivió en los primeros siglos de la cristiandad’, una denuncia que
han pasado por alto la mayoría de los medios
de comunicación de masas[7].
Los Estados que están persiguiendo de manera más activa a los cristianos son:
Corea del Norte, Afganistán, Somalia, Libia, Pakistán, Eritrea, Yemen, Irán,
Nigeria, India, Irak, Siria, Sudán, Arabia Saudí, Maldivas, Egipto, China,
Myanmar, Vietnam y Mauritania[8].
Solo en Francia ardieron 878 iglesias en 2017 y otros 1.062 templos cristianos
fueron atacados en 2018[9].
III.
La
creación de la Iglesia romana para neutralizar el cristianismo
En
el año 325 se celebró el Primer Concilio de Nicea, un
congreso que reunió en la provincia romana de Bitinia (actualmente Turquía) a
un buen número de obispos que acudieron a la convocatoria del emperador
Constantino I el grande. El primer
concilio ecuménico de la historia fue presidido por el obispo Osio de Córdoba,
muy próximo al poder imperial romano, y tuvo como “logros” la creación del
primer derecho canónico (leyes de la Iglesia, contrarias a los usos y
costumbres populares), la estructuración jerárquica de la Iglesia en
patriarcados y diócesis (presididos por arzobispos y obispos respectivamente),
la unificación de la doctrina cristiana (con el celibato obligatorio para los
sacerdotes) y la condena de la herejía arriana que negaba la divinidad de
Jesús.
En resumen, el Concilio de Nicea
supuso la creación de la Iglesia y la
traición del clero “cristiano” al cristianismo original. La Iglesia romana permitió
la supervivencia de un Imperio que tenía los días contados. Más que la obra de
Jesucristo y sus seguidores, la Iglesia de Roma es una estructura de poder, rica y jerarquizada, así que esencialmente
anticristiana. El arquitecto del Concilio de Nicea fue Constantino, el
mismo emperador romano que había tolerado el cristianismo tan solo doce años
antes en el llamado Edicto de Milán (313). En el año 380 el emperador Teodosio
I el grande decretó el Edicto de
Tesalónica, llamado A todos los pueblos,
una ley imperial por la que el “cristianismo niceno” se convirtió en la
religión oficial del Imperio, prohibiéndose incluso la celebración de
sacrificios animales a los dioses paganos.
IV.
El
verdadero origen del Islam
Según la historiografía
académica, Mahoma nació en la ciudad árabe de La Meca a finales del siglo VI
d.C. y fue el profeta del Islam. Según los historiadores estadounidenses Jay Smith y Robert Spencer, en el siglo VII
La Meca no existía, y Mahoma, tampoco. Así pues, la creación de un Estado
islámico no respondió a un fenómeno religioso, sino estrictamente político y
militar; la religión llegó después, así como el relato legendario de la vida
del profeta. Los primeros textos que
hablan de Mahoma datan de la última década del siglo VII; los documentos
escritos por los pueblos que sufrieron la invasión árabe nunca hacen referencia
a una religión, ni a su libro sagrado (el Corán), ni tampoco al profeta Mahoma,
y no denominan a sus enemigos ‘islámicos’ o ‘musulmanes’, sino ‘ismaelitas’ (la expresión ‘ismaelita’
es equivalente a ‘agareno’ y en
ambos casos se refiere a los descendientes de los personajes bíblicos ‘Ismael’,
ancestro de los árabes, y ‘Agar’, su madre), ‘sarracenos’ (antigua tribu del norte de Arabia) o ‘muhayirun’
(que significa ‘emigrantes’); incluso en las inscripciones y monedas
islámicas no se menciona ningún aspecto religioso hasta el siglo VIII, llegando
a inscribirse cruces en el relieve
de algunas de sus monedas[10].
Mientras los ejércitos árabes
conquistaban nuevas tierras y derrotaban a sus enemigos, el Estado islámico
sometía a sus habitantes mediante la imposición de una nueva religión
monoteísta que copiaba la mayoría de
sus elementos del judaísmo y de los dogmas de la Iglesia cristiana. ‘Islam’
significa ‘sumisión’; ‘musulmán’ significa ‘obediente’. La religión musulmana
no es más que una exitosa ingeniería social puesta en marcha por el califato omeya
de Damasco y desarrollada por la dinastía abasí de Bagdad. Los mayores enemigos
del califato eran dos imperios que tenían religiones bien asentadas: los
bizantinos se apoyaban en la Iglesia cristiana y los persas en la religión
zoroástrica. El Islam dotaba a un imperio tan grande y culturalmente diverso de
cohesión social, al tiempo que
garantizaba la identificación del pueblo
(la ‘umma’ o ‘comunidad de
creyentes’) con el Estado, un Estado
militarista, totalitario, fiscalmente depredador, esclavista, liberticida y
patriarcal. El papel de la religión islámica es similar al de los fascismos del siglo XX: conseguir que
los individuos victimizados por el Estado estimen sus cadenas y apoyen la
injusticia a la que están siendo sometidos[11].
Mientras que en Occidente el poder estatal quedó parcelado entre Imperio e
Iglesia a través de la doctrina
cesaropapista (‘al César lo que es del César…’), el Islam se establece como
un credo
político que no distingue entre los asuntos de fe y aquellos que tienen
que ver con la guerra o el gobierno. La religión inventa un Dios y lo pone al
servicio de la tiranía del Estado.
V.
El papel
del Islam en la actualidad
El Islam se nos presenta como ‘la religión de la paz’ cuando es,
justamente, lo contrario. Al-Andalus
es presentado como un lugar idílico en el que convivían armoniosamente tres
religiones: la musulmana, la judía y la cristiana; pero en verdad, la Hispania
musulmana era una terrible dictadura esclavista[12].
Abderramán III era un psicópata, un
tirano, un pederasta, un torturador, un asesino, un déspota que tenía hasta
2019 una estatua erigida en su honor en la localidad zaragozana de Cadrete, hasta que ésta fue retirada
por orden del Ayuntamiento de derechas, ante la indignación de Unidas Podemos y la Chunta Aragonesista que
calificaron la retirada de la estatua del califa de ‘intolerable’, ‘racista’ y motivada por el ‘odio’[13].
¿Tan ‘racista’ como el propio Abderramán cuando acudía a la guerra con un
ejército de esclavos negros que, para que no huyeran, defendían el campamento
del califa de Córdoba encadenados con grilletes en los pies? ¿Tan llenos de
‘odio’ como Abderramán III cuando ordenó pasar a cuchillo a 500 prisioneros
navarros durante el asalto a la fortaleza de Muez? ¿Tan ‘intolerante’ como demostró
ser el monarca andalusí mientras se entretenía en su palacio de Córdoba
torturando hasta la muerte a niños esclavos del África subsahariana o como
cuando decidió besar y morder la cara de una niña de su harén antes de
desfigurar su rostro con una antorcha porque la chica torció el gesto ante la
repugnante acción del soberano adorado por la izquierda?[14]
Otro que tuvo una estatua dedicada en su honor hasta el año 2013, en este caso
en Algeciras (Cádiz), fue el
caudillo militar Almanzor. Abu Amir
Muhammad ben Abi Amir al-Maafirí, llamado Al-Manür
(‘el victorioso’), se dedicaba a saquear ciudades y pueblos libres del
norte de la Península Ibérica para debilitar al enemigo y, de paso, obtener un
valioso botín de guerra del que destacaba especialmente la captura de niñas y
jóvenes cristianas que luego eran vendidas como esclavas sexuales en los
serrallos del mundo islámico. Sobra decir que han sido Unidas Podemos y el PSOE los partidos (feministas) que más se han indignado por la retirada de la estatua
de Almanzor[15].
Mientras que el cristianismo es
carca y contrario a las libertades, el
Islam es guay, culturalmente enriquecedor y fascinante, o al menos eso
piensa el progresismo europeo. Somos los habitantes de Europa los que tenemos
que abrir
la mente para aceptar las costumbres de los inmigrantes musulmanes, al
mismo tiempo que los gobiernos de sus países de origen persiguen a los
cristianos e impiden a los turistas europeos vestir a la manera occidental. Francisco Franco no pudo ganar la
llamada Guerra Civil (1936-1939) sin el apoyo de los soldados marroquíes
reclutados por el clero islámico[16];
el Tercer
Reich se planteó islamizar Europa[17],
proyecto que la Unión Europea de Angela Merkel está consiguiendo hacer realidad
en el siglo XXI. Mientras escribo estas líneas, el archipiélago de las Islas Canarias está siendo invadido desde
Marruecos por miles de hombres jóvenes musulmanes con la total connivencia de
las “fuerzas de seguridad” del Estado español[18].
VI.
Las
nuevas religiones
El feminismo es una ideología que, al estar apoyada y promovida por los Estados, adquiere el carácter de ‘religión’.
Como en una teocracia, el feminismo es una creencia
obligatoria que tiene un clero
poderoso formado por mujeres del mundo de la política, las oenegés y las
administraciones estatales que renuncian
al sexo reproductivo y ordenan a sus congéneres cómo deben actuar, guiando el rumbo de toda la sociedad. Aquel o
aquella que no comulgue con la ortodoxia feminista, resultará marginado y se
convertirá en un elemento peligroso para todes,
en un hereje. El feminismo se nutre
intelectualmente de los doctores de la fe de su particular
santoral de ilustres feministas, y hasta posee un libro sagrado que todas citan y casi nadie ha leído, El segundo sexo[19].
El credo feminista se asienta en un dogma
difícil de demostrar: el heteropatriarcado o histórica
conspiración de todos los varones para someter a todas las mujeres a lo largo
de la historia. La religión política
feminista tiene diosas (las
mujeres idealizadas como seres de luz), demonios a los que combatir (el machismo de los hombres heterosexuales)
y mártires (las víctimas de la violencia de género), pero jamás se enfrenta al poder establecido,
ni cuestiona las instituciones estatales o la propiedad privada concentrada, quizá
porque las feministas son unas fariseas que dicen desvivirse por los derechos de la mujer, pero que jamás apoyan a las mujeres necesitadas[20].
La teoría del cambio climático
provocado por el calentamiento global del planeta a causa de la emisión de gases de efecto invernadero es otra religión política y, como el feminismo,
está promovida por los poderes estatales
y supraestatales, recogida en el corpus
legislativo y es predicada
constantemente a través de los medios de comunicación de masas y el sistema
educativo. El dogma de base es
alucinado, estrictamente anticientífico y más
increíble que la virginidad de María[21].
Los “científicos” mercenarios, los
que reciben premios y fondos monetarios de las universidades siempre que
alimenten el fuego de la mentira, son el clero fundamentalista de la religión del cambio climático[22].
Si unas pastorcillas de Fátima acudieron
a un bucólico paraje para recibir la palabra de la Madre de Dios, una repelente niña sueca acudió a las
televisiones para transmitir un mensaje al conjunto de la humanidad y convertirnos a todos, siguiendo su divino
ejemplo, en creyentes y devotos calentólogos.
El cambio climático ha establecido su
particular pecado original: todos los seres humanos somos culpables de la
destrucción del planeta en el que vivimos por tener el nivel de consumo que los
mismos poderes que difunden la teoría del cambio
climático nos han condicionado a mantener.
La última religión política que los poderes han inventado es el Covid-19 [C-19], una plaga bíblica que azota la humanidad como castigo divino por haber
ofendido a los dioses. De nuevo los “científicos”,
esta vez los médicos y sanitarios, se postulan como clérigos que dictan las medidas supersticiosas a las que
debemos someternos para que los dioses nos dejen en paz y vuelvan a
congraciarse con nosotros. El hiyab sanitario, el tapabocas, ese
trapo sucio que cultiva hongos y bacterias y nos obliga a respirar nuestro
propio detritus, se convierte en un preciado amuleto que “nos protege” de un
virus que traspasa sin problemas la mascarilla más eficaz sin conseguir infectar
las vías respiratorias[23].
El demonio está en todos nosotros,
así que debemos alejarnos de él evitando relacionarnos con otras personas que
podrían infectarnos, especialmente por la noche, cuando el influjo del Diablo debilita nuestra voluntad pecaminosa. ¡Ay de quien
no crea en la religión covidiana! Ese pecador será tachado de hereje y
condenado al purificador fuego de la censura y el oprobio por ser un
peligroso negacionista. Gracias a
Dios, los sacerdotes del siglo XXI ya
han bendecido el nuevo cuerpo de Cristo, el ARN mensajero del Homo Deus, y todos comulgaremos de
rodillas cuando seamos inyectados por la tan esperada “vacuna”, maná de los
dioses que recibiremos después de haber expiado todos nuestros pecados y de
haber pasado por una larga penitencia de
ERTES que no siempre se cobran, asfixiantes
barbijos [velo], solitarios confinamientos
[encarcelamientos domésticos]
perimetrales, paternalistas toques de queda y dolorosas pruebas PCR [palito por la nariz][24].
VII.
Conclusiones
‘La religión es el opio del
pueblo’, es la instrumentalización de los miedos y de las necesidades
espirituales humanas por parte de los poderes estatales con el objetivo de
cohesionar, adoctrinar, someter y debilitar la conciencia revolucionaria[25].
La moral religiosa se centra en la obediencia al poder establecido, en la
obediencia a la ley. La capacidad de adoctrinamiento de las instituciones de
poder se ha incrementado notablemente gracias a la universalización del sistema
educativo y a la influencia de los medios de comunicación. Estas herramientas permiten
el abandono de las antiguas religiones,
divinas y milagreras, y la implantación de las nuevas religiones líquidas que evitan los discursos metafísicos extraños a
la mentalidad materialista de nuestra época y se adaptan a la perfección a las
necesidades estratégicas concretas de los Estados que las apoyan.
La religión judía pudo nacer por
iniciativa de un sector del aparato estatal egipcio que acabó por formalizar el
Estado de Israel; la cohesión social que ha otorgado el judaísmo al pueblo
hebreo les ha permitido renacer como potencia política y militar treintaicuatro
siglos después. Los jázaros conformaron uno de los Estados más poderosos de su
época gracias a la adopción de una religión extranjera que les diferenciaba de
los imperios vecinos, el islámico y el “cristiano” (es decir, el Imperio Romano
de Oriente). Los árabes dieron un paso más cuando decidieron crear la religión
más estatista, belicosa y contraria a la libertad que se conoce. El feminismo
ha permitido la incorporación en masa de las mujeres al trabajo asalariado, la
atomización de la sociedad a través de la ruptura de la institución familiar y
la reducción drástica de la tasa de natalidad. El dogma del cambio climático permitirá que los obedientes ciudadanos
acepten de buen grado la llamada ‘Agenda 2030’. El Covid-19 ha dinamitado
nuestras libertades fundamentales y anticipa una reducción drástica de la
población europea.
El cristianismo no fue una
religión[26]
hasta el siglo IV, cuando el poder estatal romano lo adoptó y adulteró para
usarlo como herramienta de control social a través de la Iglesia. Hasta
entonces, el cristianismo se había construido desde abajo, siendo un movimiento
esencialmente popular y contrario a los intereses de la oligarquía de la época.
La
crisis de las sociedades contemporáneas y la debilidad estructural de las
instituciones estatales[27]
anticipan el nacimiento de un nuevo movimiento social, popular y
revolucionario, que debe recuperar los valores axiológicos y apoyar la creación
de una sociedad más libre, más justa, más amorosa, más eficiente, más armoniosa
y más humana. Ha llegado el momento de escoger entre ser un ‘muslim’, un obediente seguidor de las
religiones del poder, sean éstas las que sean, o un librepensador autoconstruido
comprometido en la edificación de una sociedad nueva y mejor.
Antonio Hidalgo Diego
Colectivo Amor y Falcata
[1] Los secretos del Éxodo. El origen egipcio de los hebreos (2000) de
Messod y Roger Sabbah.
[2] Lo que dicen que oculta la Biblia (24/12/2000) en el suplemento ‘Crónica’
de El Mundo.
[3] La decimotercera tribu (1976) del británico de origen judeo-húngaro
Arthur Koestler.
[4] Consultar: Evangelios y Apocalipsis de
San Juan (siglos I-II d.C.); Comentarios
al Apocalipsis de San Juan (776) del Beato de Liébana; Contribuciones a la historia del cristianismo primitivo de
Friedrich Engels (1882-1895), con prólogo de Félix Rodrigo Mora, Potlatch,
2021; Orígenes y fundamentos del
cristianismo (1908) de Karl Kautsky e Ideología
e historia. La formación del cristianismo como fenómeno ideológico (1974)
de Gonzalo Puente Ojea.
[5] Consultar: Sobre el gobierno de Dios de Salviano de Marsella (439-451),
traducido por José Francisco Escribano Maenza; Los bagaudas: rebeldes, demonios, mártires (1996) de J.C. Sánchez
León y los artículos de Félix Rodrigo
Mora: El golpe final al orden romano en
Europa: la revolución bagauda en Vasconia en el siglo V, publicado por Biltzarre eta Historiazaleok y Revolución bagauda y arte medieval, ponencia
presentada en el encuentro Iruña-Veleia y
el cristianismo (19/11/2016).
[6] Entre los azotes del cristianismo en la actualidad cabe destacar la gran
labor de miembros de la nueva Inquisición
anticristiana y bien remunerada como son el “gran” actor y tuitero Willy
Toledo o de “prestigiosas” revistas de “humor” como El Jueves o Mongolia.
¿Cuándo se atreverán estos progres a publicar una portada satírica contra el
Islam?
[7] La persecución de los cristianos hoy es mayor que en los primeros
siglos de la cristiandad, actualizado el 22/4/2019 y publicado por ABC.
[8] ‘Lista Mundial de la Persecución’
(2021), dentro de Puertas Abiertas.
Sirviendo a los cristianos perseguidos.
[9] Hispanidad (28/4/2019).
[10] Consultar los textos The truth about Muhammed: Founder of the
World’s Most Intolerant Religion (2006) y Did Muhammad Exist? An Inquiry Into Islam’s Obscure Origins (2012)
de Robert Spencer; la conferencia Mahoma:
una crítica histórica de Jay Smith y el documental The Sacred City: Is Mecca Really the Birthplace of Islam? de Dan
Gibson, ambos documentos disponibles en You
Tube.
[11] ¿Se inventaron a Mahoma? Artículo de Robert Spencer publicado en Libertad Digital, 9/5/2012.
[12] Consultar El mito del paraíso andalusí: musulmanes, judíos y cristianos bajo el
dominio islámico en la España medieval (2018) de Darío Fernández Morera.
[13] El Economista.es, 18/6/2019.
[14] Testimonios del historiador
cordobés Ibn Hayyan (987-1075) presentes en la Crónica del califa Abderramán III An-Nasir entre los años 912 y 942
y recogidos por Félix Rodrigo Mora en su artículo Abderramán III: el déspota que quemaba la cara y mataba a niñas (30/12/2016)
publicado en Esfuerzo, Servicio y Combate.
[15] Mediterráneo Digital, 9/1/2017.
[16] Investigación sobre la Segunda República Española, 1931-1936 (2016)
de Félix Rodrigo Mora, Potlatch.
[17] Heinrich Himmler, el jefe de las Waffen SS, dijo: ‘Tuvimos dos
oportunidades de evitar las guerras religiosas entre católicos y protestantes
pero las dejamos escapar. La primera surgió cuando los árabes invadieron desde
el oeste, desde Andalucía, y la segunda cuando los otomanos invadieron desde el
este. Lamentablemente, los alemanes jugamos un papel importante en la derrota
de estas dos invasiones y privamos a Europa de la floreciente luz espiritual de
la civilización del Islam’. Adolf Hitler opinó: ‘Ya ven que nuestra desgracia
ha sido tener la religión equivocada. La mahometana habría sido mucho más
compatible con nosotros que la cristiana, mansa y débil’. Citas extraídas de la
obra: Los musulmanes en la guerra de la
Alemania nazi (2021) de David Motadel.
[18] Consultar el artículo Canarias en la encrucijada. La situación
geoestratégica en el N.O. de África (17/2/2021) de Karlos Luckas, publicado
en revolucionintegral.org.
[19] El segundo sexo (1949) de Simone de Beauvoir. Para comprender mejor
el análisis de esta obra se puede consultar El
Minotauro en Alcàsser. Crimen sádico, voluntad de poder y feminismo de Estado (2020)
de Antonio Hidalgo Diego, Potlatch.
[20] Mientras el feminismo se indigna
por la llamada ‘brecha salarial’, nunca participa de las cada vez más escasas
luchas laborales de las trabajadoras explotadas o despedidas por la empresa
capitalista; mientras el feminismo clama por los derechos de las mujeres, las niñas explotadas por los servicios
sociales de las Islas Baleares (por poner un ejemplo entre miles) ven como las
políticas feministas les dan la espalda para apoyar a sus explotadores, trabajadores
y funcionarios del Estado.
[21] Consultar el documental La gran farsa del calentamiento global (2007),
producido por Martin Durkin.
[22] No seré yo quien niegue la
destrucción del medio ambiente, un hecho tan evidente como preocupante que debe
empujarnos a cambiar nuestro estilo de vida: reducir el nivel de consumo y
gasto energético, y promover una economía no derrochadora, rural, local y
autosuficiente, es decir, una economía comunal contraria a la de mercado. El
cambio climático es una constante natural a lo largo de la historia, pero
resulta evidente que la deforestación y la agricultura agroquímica, intensiva y
de regadío han conseguido alterar el régimen de lluvias y acelerar la
desertización de buena parte de la Península Ibérica. Consultar Naturaleza, ruralidad y civilización (2008)
de Félix Rodrigo Mora. El calentamiento
global causado por los gases de
efecto invernadero no es solo la excusa de los poderes estatales para
disponer del territorio a su antojo al margen de la opinión y los intereses de
sus pobladores, sino que también se utiliza para ocultar las verdaderas causas
del cambio climático.
[23] Consultar el Informe de Revisión Científica Covid-19 disponible en biologosporlaverdad.es.
[24] Recomiendo el excelente artículo Feminismo y Covid (11/3/2021) de Alexei
Leitzie, publicado en revolucionintegral.org.
[25] Recomiendo escuchar la versión
interpretada por Víctor Jara de la canción Preguntitas
sobre Dios del cantautor argentino Atahualpa Yupanqui.
[26] La palabra ‘religión’ procede del
verbo latino ‘religare’, ‘religar’,
‘volver a atar’.
[27] Consultar Autoaniquilación. El hundimiento de las sociedades de la última
modernidad (2020) de Félix Rodrigo Mora, Potlatch.
domingo, 25 de abril de 2021
lunes, 12 de abril de 2021
EL PODER CONTRA LA VIDA
Breve ensayo en el que se demuestra que los poderes estatales no solo explotan a las personas y coartan sus libertades, sino que también atentan contra la vida misma, llegando a poner en peligro la continuidad de la humanidad
I.
Conceptos
teóricos
‘Biopolítica’ es un concepto acuñado por el filósofo francés Michel Foucault que se puede definir como
el ‘conjunto de cálculos y tácticas que intervienen sobre una población
mediante la gestión de la vida’.
Hasta el siglo XVIII el poder del
Estado se había basado en la siguiente lógica: ‘hacer morir, dejar vivir’; pero a partir de ese momento la estrategia
de los Estados no es solo la de monopolizar la sustracción de la vida para
someter y extorsionar a sus súbditos, sino también la de ‘producir, regular y hacer eficiente’ la vida de sus ciudadanos. El
poder comienza a dictar normas relativas a la higiene, la alimentación, la
salud, la sexualidad, la natalidad o la raza. El nuevo ‘biopoder’ despliega todo tipo de políticas que empujan a las
personas a emprender acciones que resultan conformes a los intereses
estratégicos de los Estados, al mismo tiempo que aumentan la riqueza de sus
dirigentes. Nuestra vida deja de
pertenecernos para convertirnos en simples instrumentos teledirigidos por los
poderes constituidos[1].
La RAE define ‘eugenesia’ (del griego ‘eu’, ‘bien’, y del francés ‘génésie’, ‘génesis’) como el ‘estudio y
aplicación de las leyes biológicas de la herencia orientados al
perfeccionamiento de la especie humana’. La eugenesia, en otras palabras,
consiste en que el poder decide quién
puede o no puede tener descendencia, cuándo y en qué condiciones.
Sir
Francis Galton fue un eminente científico británico del siglo
XIX, experto en psicología, antropología, geografía, meteorología, biología y
estadística. Galton era primo de Charles
Darwin, el famoso biólogo que escribió la obra El origen de las especies y que fue el padre de la idea de ‘selección natural’, una teoría que imagina
una naturaleza cruel conformada por
especies e individuos que compiten entre sí en el marco de una guerra constante
y genocida[2].
Una de las grandes “contribuciones” a la ciencia del pariente de Darwin fue la
realización de un estudio taxonómico sobre las huellas dactilares, aunque Galton
es más conocido por ser el autor intelectual de las políticas eugenésicas que
emprendieron la mayoría de los Estados del mundo a lo largo del siglo XX. Francis
Galton consideró que los caracteres heredados son más numerosos y decisivos que
los adquiridos en vida, así que el
Estado debe regular la natalidad para impedir que los individuos indeseables se perpetúen mediante la
reproducción. ¿Quiénes son esos ‘indeseables’? Los miembros de las razas inferiores, los pobres, los
enfermos y los viciosos. La eugenesia
de Galton[3]
influyó en el nacionalsocialismo hitleriano, pero también en intelectuales de
izquierda como George Bernard Shaw o
H.G. Wells[4].
II.
Distintos
ejemplos de políticas eugenésicas
Cuando los nazis llegaron al
poder en 1933 promulgaron la Ley para la
Prevención de Descendencia con Enfermedades Hereditarias. Esta ley daba pie
a la esterilización forzosa de mujeres y
hombres afectados por ‘debilidad mental’, deficiencias físicas, ceguera y
sordera hereditaria, epilepsia, enfermedades mentales y alcoholismo. Los médicos del Tercer Reich practicaron unas 400.000 ligaduras de trompas que
causaron cientos de fallecimientos, aunque también muchos hombres fueron
sometidos a vasectomía en contra de su voluntad. En 1935 llegaron las ‘Leyes de
Núremberg’, como la Ley de Salud Marital que
prohibía las uniones entre personas ‘saludables por herencia’ y personas
‘genéticamente ineptas’, o la Ley de
Protección de la Sangre que criminalizaba las relaciones sexuales con
judíos y gitanos. Un año más tarde nacería la Oficina Central del Reich para Combatir la Homosexualidad y el Aborto[5].
Durante la guerra, la población no productiva, igual que los judíos y los
gitanos, se convirtieron en enemigos de
guerra de los nazis y fueron eliminados en los campos de concentración del Reich.
Los Estados socialistas no
perdieron la oportunidad de practicar políticas eugenésicas, tal fue el caso de
la antigua Checoslovaquia. No se sabe cuántas mujeres gitanas fueron esterilizadas por la fuerza, bajo coacción o
mediante engaños, llegando algunas de ellas a recibir dinero de las instituciones
sanitarias a cambio de dejarse practicar una ligadura de trompas. El centro de
“salud” de un único pueblo de Moravia llegó a esterilizar a 80 mujeres del
pueblo romaní. Un grupo de víctimas de esta política genocida denunció al
gobierno de la actual República Checa para conseguir una disculpa y una
compensación económica, pero la justicia
checa les denegó las indemnizaciones con
el argumento de que el Estado no podía responsabilizarse de los crímenes de la
antigua dictadura comunista checoslovaca. La excusa no parece demasiado
convincente, en tanto que la campaña de esterilizaciones forzosas a mujeres
gitanas continuó hasta el año 2003, una década después de la caída del
comunismo. El gobierno de la República “lamenta” lo ocurrido, al mismo tiempo
que escurre el bulto y asegura que los ‘errores individuales de algunos
médicos’ fueron la verdadera causa de esta infamia[6].
La esterilización forzosa de
mujeres también se llevó a cabo en el “país de las libertades”, unas décadas antes
de la irrupción de Hitler en Alemania. El inventor del teléfono, Alexander
Graham Bell, fue unos de los pioneros de la ideología eugenésica en EEUU; John Harvey Kellogg, el creador de los
insípidos cereales azucarados, creó la Fundación
para la mejora de la raza que abogaba por el abandono de los ‘niños
retrasados y minusválidos’ y por el exterminio de ‘criminales y pervertidos’.
El estado de Connecticut aprobó una ley en 1896 que prohibía el matrimonio a
los ‘epilépticos, imbéciles y débiles mentales’. En 1900, la Corte Suprema de
los Estados Unidos de América autorizó a los diferentes estados federales a
legislar leyes eugenésicas, normas que perduraron hasta la década de 1970. Casi todas las víctimas fueron mujeres
pobres pertenecientes a ‘minorías’, afroamericanas, hispanas o nativas
americanas. En el año 1978, diez mujeres de origen mexicano se querellaron
contra el estado de California por haber sido esterilizadas sin su
consentimiento; el juez las dejó sin indemnización. Pese a que las leyes eugenésicas
han sido derogadas, Amnistía Internacional ha denunciado recientemente que en
el Centro de Detención del condado de
Irwin (Georgia) se están practicando
histerectomías (extirpaciones de útero) a mujeres migrantes y refugiadas que no
han dado su consentimiento[7].
Entre
1935 y 1996 fueron esterilizadas 230.000 mujeres en Suecia en base a la
política de ‘higiene social y racial’, según un informe oficial
remitido al gobierno del Reino por Carl-Gustaf Andrèn en el año 2000. Todos los partidos políticos del parlamento
sueco, todos, aprobaron por consenso las leyes que forzaban la esterilización
de mujeres con problemas mentales y adicciones, aunque también fueron víctimas
de esta política eugenésica miles de mujeres de las etnias sami y gitana.
Países vecinos como Finlandia y Dinamarca imitaron el modelo sueco[8].
La mayoría de los cantones de Suiza aplicaron leyes que apoyaban la castración
obligatoria entre 1928 y 1985. Solo en
el cantón de Zúrich fueron esterilizadas por decisión judicial, y a petición de
los médicos que las atendían, más de mil mujeres, y cientos de ellas tuvieron
que abortar sin su consentimiento. El ideólogo de la eugenesia en la
Confederación Helvética fue el prestigioso psiquiatra Auguste Forel, cuyo rostro apareció durante décadas en los billetes
de mil francos[9].
El imperio del sol naciente
elaboró en 1940 la Ley de Eugenesia
Nacional que “solo” consiguió esterilizar a 538 mujeres. Tras la
“democratización” y occidentalización del Japón tras su derrota en la Segunda
Guerra Mundial, la norma fue reeditada con el nombre de Ley de Protección Eugenésica, en base a la cual más de 16.000 mujeres fueron esterilizadas
sin su consentimiento por ser consideradas ‘discapacitadas’ o ‘enfermas
mentales’. Japón se convirtió en el “paraíso del aborto”, ya que se llegaron a
practicar un millón de abortos al año desde 1950, además de unas mil
esterilizaciones anuales forzosas. En 1996 se derogó la ley eugenésica,
pero fue sustituida por la nueva Ley de
Protección de la Salud Materna que sigue haciendo del aborto una cuestión de Estado en Japón, a pesar del
gravísimo problema de envejecimiento poblacional que tiene el archipiélago[10].
Miles
de mujeres uzbekas están siendo esterilizadas sin su conocimiento mientras son
sometidas a una cesárea, casi siempre innecesaria. Los
datos son escalofriantes; hay centros sanitarios rurales que han llegado a
practicar ocho operaciones de este tipo cada semana, y en todo el país se
llegaron a contabilizar 80.000 casos en
tan solo siete meses. Una mujer de 24 años llamada Nigora tuvo su primer
hijo en un hospital después de ser sometida a una cesárea; en el transcurso de
la intervención, los médicos le extirparon el útero sin su consentimiento; horas
después, el bebé murió y Nigora se quedó sin la oportunidad de volver a ser
madre. Otra mujer que había dado a luz por cesárea, Adolat, acudió al hospital semanas
después del alumbramiento porque tenía pérdidas de sangre y un fuerte dolor en
el vientre; la médico le dijo que se debía a la histerectomía que decidieron
practicarle sin su permiso; ante las quejas de la víctima, la doctora le
aseguró: ‘¿Para qué necesitas más niños? ¡Ya tienes dos!’. La patóloga del
depósito de cadáveres de Andijan, Gulbakhor Turaeva, denunció en el año 2005
que había recibido 200 úteros de una sentada. El número de cesáreas no para de aumentar en Uzbekistán y la cifra
ronda ya el 80% del total de partos.
Aquellos que confían ciegamente en los sistemas sanitarios para aceptar,
por ejemplo, ser “vacunados” con una terapia génica experimental para combatir
una enfermedad que apenas tiene relevancia estadística, deberían conocer las
declaraciones anónimas de una ginecóloga de Taskent: ‘Cada año se nos presenta un plan. A cada doctor se le dice a cuántas
mujeres se espera que le practique contracepción, cuántas serán esterilizadas (…) Hay una cuota. Mi cuota es de cuatro
mujeres al mes’[11].
La surafricana Bongekile Msibi
fue madre por cesárea a los 17 años; después de su primera maternidad estuvo tomando
la píldora anticonceptiva durante una década; cuando dejó de hacerlo, no
conseguía quedarse embarazada, así que acudió a un centro sanitario en el que
le comunicaron que había sido esterilizada sin su consentimiento. La Comisión por la Igualdad de Género realizó
un informe en el que constató que quince
hospitales de la República Surafricana han estado practicando esterilizaciones
secretas desde 2001, aunque esta asociación solo ha conseguido la denuncia
de 48 mujeres afectadas. En cuanto comenzó la investigación de este turbio
asunto de eugenesia de Estado desaparecieron
misteriosamente numerosos informes de los archivos de los hospitales implicados[12].
Un artículo de La Vanguardia del 2 de marzo de 2021
informa acerca del nuevo proceso judicial que afronta el expresidente peruano Alberto Fujimori, que ya cumple 25 años
de condena por ‘vulneración de los derechos humanos’. En la década de los años
90 del pasado siglo, el Estado peruano emprendió una campaña de esterilización
de mujeres pobres, la mayoría pertenecientes a comunidades indígenas. Un total
de 1.301 mujeres fueron obligadas a
someterse a una operación de ligadura de trompas, o bien aceptaron por engaño la
esterilización irreversible bajo la coacción de médicos y funcionarios. Se
sabe que al menos cinco mujeres jóvenes fallecieron a causa de las condiciones
insalubres bajo las que estas intervenciones se producían. Los responsables del
gobierno de Fujimori se han desentendido del asunto y le han echado las culpas
a ‘las autoridades sanitarias locales’, como si éstas actuaran por su cuenta y
tomaran decisiones eugenésicas por iniciativa propia, algo que queda automáticamente
desmentido cuando se sabe que Alberto Fujimori presumió de su Programa
Nacional de Salud Reproductiva y Planificación Familiar en un ‘congreso
de 1995 celebrado en China’. Ese mismo año, el Gobierno peruano suspendió la
campaña de vacunación antitetánica al comprobarse que las vacunas inyectadas eran abortivas.
El lector se imaginará que las
numerosas, hiperactivas y bien financiadas asociaciones feministas estarán
reclamando justicia paras las más de mil trescientas mujeres mutiladas y
esterilizadas por el Estado peruano… Pero esto no está ocurriendo. Y es que el
‘congreso’ en el que Fujimori presumió de su política eugenésica, y que el
rotativo catalán La Vanguardia ha preferido
no mencionar, fue la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer
celebrada en Pekín en 1995, un invento de la ONU en el que se forjó el feminismo
de Estado y que dio lugar a la actual dictadura global de la ideología
de género[13].
III.
La nueva
eugenesia: reducir la población
El
feminismo institucional apoyó el
programa eugenésico de Fujimori porque sus objetivos
fundamentales son esencialmente los mismos, a saber:
1) Es el
Estado quien debe ordenar a las mujeres cuándo y en qué condiciones deben ser
madres en función de sus intereses militares, políticos, económicos e
ideológicos[14].
2) En las
últimas décadas, la inmensa mayoría de
los Estados se han empeñado en reducir drásticamente el número de nacimientos[15].
Mientras el feminismo de género
insiste en criminalizar a todos los hombres heterosexuales, especialmente a los
pobres, por la práctica de una ancestral ‘violencia machista’, la realidad no
hace más que demostrar que son los
Estados los principales causantes de la violencia contra las mujeres, una
violencia planificada y de gran alcance. Participan de estas prácticas que
atentan contra la libertad, la dignidad y la salud de las mujeres todos los
elementos del poder. Mientras las feministas se ofenden porque los obreros
abren demasiado las piernas en el transporte público, los ejércitos ordenan la violación sistemática de mujeres y niñas como
principal ‘arma de guerra’[16];
los miembros de las élites políticas y
económicas se entretienen violando, torturando y asesinando a niñas y mujeres
jóvenes de las clases populares[17];
los cuerpos legislativos y el aparato de propaganda encauzan la vida de las
mujeres para someterlas a la esclavitud
del trabajo asalariado, alejarlas de la maternidad y acercarlas al aborto; y el
sistema fármaco-sanitario impide de facto la fertilidad mediante las
esterilizaciones forzosas o bajo coacción y la reducción intencionada del
porcentaje de éxito reproductivo.
‘En
lugar de recomendarles higiene a los pobres debemos estimular hábitos opuestos.
En nuestras poblaciones debemos hacer más estrechas las calles, hacinar más
gente en las casas y cotejar el retorno de la peste. En el campo debemos
levantar las aldeas cerca de charcas estancadas y, sobre todo, alentar la
colonización de toda suerte de terrenos pantanosos e insalubres. Pero, por
encima de todo, debemos reprobar los remedios específicos para enfermedades
devastadoras y refrenar a esos hombres bienintencionados, pero equivocados, que
creen hacerle un bien a la humanidad abrigando planes para extirpar por
completo determinadas enfermedades’. Thomas Malthus. Ensayo sobre el principio de la población,
1798.
Este infame texto fue escrito por
el economista y clérigo anglicano Thomas
Malthus, padre del maltusianismo, una ideología biopolítica que
defiende la reducción de la población para que haya una mayor disponibilidad de
recursos per cápita.
La biopolítica de los siglos XIX
y XX se basó en aumentar la tasa de natalidad de Europa y Occidente, al mismo
tiempo que los Estados esterilizaban o provocaban el aborto de aquellas mujeres
tachadas de ‘indeseables’ en base a criterios raciales, económicos o vinculados
a la salud física y mental. Pero en la década de 1960 del pasado siglo, los
Estados comenzaron a abandonar la biopolítica
napoleónica-galtoniana y se tomaron en serio la perversa propuesta que el
pastor Thomas Malthus había planteado a finales del siglo XVIII. Junto con el movimiento hippy y la revuelta estudiantil del mayo del 68, nació
también el neomaltusianismo.
El presidente de los EEUU Richard Nixon creó en 1969 la Comisión sobre el crecimiento de la
población y el futuro de América, un organismo que presidió el magnate del
petróleo John D. Rockefeller. Esta
comisión elaboró el famoso ‘Informe
Rockefeller’ que apostaba por generalizar la práctica del aborto y el uso
de los anticonceptivos. Casualmente, la Fundación Rockefeller fue la principal
impulsora de la ideología feminista[18].
Ese mismo año, la OMS creó el Programa de Reproducción Humana (HRP)
apoyado por el Banco Mundial y que pretendía extender por el mundo la nueva
biopolítica diseñada desde los Estados Unidos.
En 1971, dos años después del
‘Informe Rockefeller’, se elaboró un ‘Memorándum de estudio para la seguridad
nacional’ que llevaba el nombre de Implicaciones
del crecimiento poblacional mundial para la seguridad de Estados Unidos y sus
intereses en ultramar, más conocido como ‘Informe Kissinger’,
pues fue elaborado por el Secretario de Estado y Consejero para la Seguridad
Nacional Henry Kissinger. El informe
abogaba por la ‘necesidad de desarrollar
programas de información, educación y persuasión a gran escala dirigidos a
disminuir la fertilidad (…) El
esfuerzo para reducir el crecimiento poblacional requiere una variedad de
métodos de control de natalidad que sean seguros, efectivos, baratos y
atractivos, tanto para los varones como para las mujeres’[19].
En
la Conferencia Mundial de la Mujer de
Pekín de 1995 se inaugura la biopolítica propia del siglo XXI,
mediante la cual, los dirigentes de los diferentes Estados “desarrollados”
decidieron acelerar el genocidio sobre la masa de las poblaciones autóctonas de
origen europeo y su sustitución étnica con la importación de inmigrantes
procedentes, en su mayoría, de países musulmanes. La escasez de recursos
naturales y energéticos fundamentales parece ser la excusa que lleva al
biopoder a emprender una operación de reducción drástica del número de
habitantes del planeta, centrándose en acabar con aquellos pueblos que todavía
conservan unos valores éticos basados en la cosmovisión del amor, la voluntad
de mejorar con esfuerzo y la idea de libertad individual, aspectos que tanto molestan
a los poderes instituidos.
En el año 2000, Robert McNamara, expresidente del Banco
Mundial, exsecretario de Defensa de los EEUU y antiguo presidente de la
multinacional Ford, aseguró: ‘Solo
hay dos formas posibles de evitar un mundo con diez mil millones de personas: o bajan rápidamente las tasas de natalidad,
o deberán subir las de mortalidad’[20].
‘Las implicaciones financieras de que la gente viva más de lo esperado, el
llamado riesgo de longevidad, son muy
grandes (…) El riesgo de longevidad es un tema que exige más atención ya’, relata un informe del Fondo Monetario Internacional
presentado en abril de 2012, cuando la directora del FMI era Christine Lagarde,
actual presidenta del Banco Central Europeo. ‘Tenemos sobrepoblación. El mundo
tiene 6.800 millones (de habitantes). La dirección es (dirigirse) hacia unos
9.000 millones. Pero, si hacemos un gran
trabajo con vacunas, atención sanitaria y servicios de control de la reproducción,
podríamos reducirla en, quizás, un 10 o un 15%’, frase pronunciada por el
poderoso empresario estadounidense Bill
Gates[21]
en el minuto 4:21 de una charla en el TED
Talks de 2010 que se puede consultar en internet[22].
La
Fundación Rockefeller ha reconocido
que destinó importantes sumas de dinero a la investigación de vacunas
anti-fertilidad. Hasta 650 científicos de 60 países trabajaron
desde la década de los años 60 en la creación de vacunas que dificultan la
fertilidad. Casualmente, desde el año 1995 estas investigaciones desaparecieron
o, lo más probable, dejaron de presentar al público sus resultados. Un informe
elaborado por Health Impact News en
2014 puso de relieve los crímenes cometidos por los fabricantes de vacunas,
centrándose en la investigación del Tribunal Supremo de la India iniciada en
2012 por las malas prácticas de la OMS, la Fundación
Bill y Melinda Gates, el PATH (Programa
para una Tecnología Apropiada en Salud) y la GAVI (Alianza Global de Vacunas e Inmunización). ¿La causa? Los ensayos
clínicos ilegales con niñas y jóvenes pobres que no recibieron información de
los riesgos que corrían por recibir dosis de vacunas experimentales. El diario Economic Times of India publicó en
agosto de 2014 que 16.000 niñas de la región de Andhra Pradesh recibieron una
dosis de la vacuna de Gardasil contra
el VPH (virus del papiloma humano) provocando el fallecimiento de cinco de las
cobayas humanas en 2010, mientras que un gran número de las menores usadas para
este experimento sufrió graves secuelas, como crisis epilépticas, dolores de
cabeza y estomacales y otros efectos adversos graves. Otras 14.000 niñas fueron
vacunadas en Gujarat con la vacuna Cervarix
de GlaxoSmitheKline (GSK), la mayoría
de ellas huérfanas sin escolarizar. Pese
a que cientos de las supervivientes han quedado esterilizadas de por vida, la
fundación de Bill Gates calificó la campaña de vacunación como un ‘éxito
rotundo’[23].
IV.
Prácticas
eugenésicas en la actualidad: el sistema sanitario como brazo ejecutor de la
reducción poblacional
Hemos visto que las políticas
eugenésicas han sido aplicadas por la mayoría de Estados, en todos los
continentes y en el marco de todo tipo de sistemas políticos, más o menos
totalitarios. Hemos comprobado que los
sistemas sanitarios son el brazo ejecutor de unas medidas genocidas decididas
por las instituciones de poder y diseñadas por eminentes y respetables
intelectuales como Thomas Malthus, Sir Francis Galton o Auguste Forel.
Pero, ¿la esterilización forzosa de mujeres es cosa del pasado, por muy
reciente que este sea? Solo en Francia
se practican al año entre 50.000 y 70.000 histerectomías, una cifra
desorbitada[24].
Pese a que esta mutilación solo se recomienda para atajar cánceres de cuello
uterino especialmente invasivos u otros problemas de salud sin tratamiento
alternativo y que puedan llegar a incapacitar a la paciente, lo cierto es que la decisión de extirpar el útero de mujeres
en edad reproductiva se toma con bastante ligereza en los países de
Occidente dotados de “avanzados” sistemas sanitarios. La histerectomía es la
tajante solución habitual para acabar con los fibromiomas benignos o para
tratar infecciones uterinas, una práctica radical e irreversible que genera un
gran impacto emocional en las pacientes: un
92% de las mujeres intervenidas sufren estados de ansiedad crónica y un 84%
padecen depresión[25].
A la generalización de las ‘histerectomías
preventivas’, no necesarias, habría que añadir la de otras intervenciones ginecológicas también innecesarias, como la salpingectomía
(extirpación de la trompa de Falopio) que algunas instituciones sanitarias
como el prestigioso MD Anderson Cancer
Center de la Universidad de Texas llegan a recomendar a mujeres sanas para
prevenir un posible cáncer de cuello uterino y evitar la menopausia precoz[26].
El mastodóntico sistema sanitario somete a las mujeres a un mayor número de
pruebas diagnósticas, unas pruebas que los médicos aseguran que no causan daños
y que se deben realizar de manera periódica para poder detectar con premura
enfermedades que, en estados avanzados, podrían poner en peligro la vida de las
mujeres. Lo cierto es que algunas de esas
pruebas diagnósticas generan riesgos añadidos que pueden provocar más daños que
los que pretenden prevenir. Además,
no pocos sanitarios cometen errores en
la interpretación de ecografías
y mamografías, o pecan de prudentes cuando ven tumores, miomas y quistes que no
son tales. ¿Cuántas mujeres sufren la mutilación de sus pechos, de su útero o
de alguno de sus dos ovarios o trompas de Falopio por culpa de un “exceso de
celo” del personal médico que las atiende? Una mujer que solo tenía una trompa
de Falopio, porque había sido sometida con anterioridad a una salpingectomía, consiguió
quedarse embarazada en 1998 pero no pudo seguir adelante con la gestación
porque fue diagnosticada por error de
‘embarazo ectópico’ a causa de una mala interpretación de la ecografía; así
que los médicos le practicaron una nueva extirpación de trompa, provocándole el
aborto e impidiéndole para siempre la maternidad. La Audiencia Nacional
reconoció el error médico y la mujer recibió 84.000 euros, al parecer, el
precio de una madre para el sistema judicial español[27].
Algunos autores ya hablan de violencia
obstétrica para referirse al conjunto de prácticas que el sistema
sanitario institucional ha normalizado y que generan todo tipo de efectos
adversos en las madres y en los neonatos, desde daños graves de salud a traumas
emocionales duraderos. Entre los procedimientos que pueden incluirse dentro del
concepto ‘violencia obstétrica’ cabe señalar el ius prime nocte o “derecho de pernada” al que el Estado somete a las niñas
a través de la rutinaria e innecesaria exploración ginecológica, una auténtica
violación
de Estado; el peligroso, y no siempre recomendado, tratamiento con yodo
durante el embarazo; la recomendación de la vacuna de la gripe estacional o de la
tosferina a las mujeres gestantes; el acto de parir en una postura antinatural que solo beneficia la comodidad del
ginecólogo que atiende el parto; el abuso
de la cesárea, que supone una cuarta parte del total de partos en España;
la práctica de la maniobra de Kristeller en un 25% de los partos, una maniobra
que consiste en acelerar el alumbramiento
empujando al feto mediante la presión del abdomen de la parturienta con el
antebrazo o los puños, lo que resulta muy peligroso ya que provoca
frecuentes fracturas en costillas, esternón o clavícula del feto, además de
hipoxia y disocia de hombros, aspectos por los que esta maniobra está prohibida
en países como Reino Unido o Estados Unidos; la práctica habitual de la casi siempre
innecesaria episiotomía o corte en el perineo de la mujer que está
dando a luz; el tratamiento con bromocriptina después del parto para
interrumpir la lactancia; o aspectos más simbólicos, pero de gran importancia,
como que un sanitario sea el que presente al recién nacido a su madre (y no al revés)
o que el parto sea un proceso despersonalizado en el que la mujer no sabe qué personas
la están atendiendo en medio de un clima de absoluta ausencia de sensibilidad y
humanidad[28].
Los factores aquí relatados no
son la única explicación, pero sin duda favorecen a que la tasa de fertilidad
en España sea extremadamente baja; en el año 2019, la tasa global de fecundidad fue de 0,31 hijos por mujer de
nacionalidad española[29], una cifra que anuncia la desaparición de los pueblos de la Península y los dos
archipiélagos en los próximos años. El Estado no parece alarmado por la
irreversible crisis demográfica y continúa subvencionando a las asociaciones
feministas anti-vida que abogan por el aborto, el odio al varón y la
obligatoriedad implícita del uso de métodos anticonceptivos, esas barreras a la
natalidad que no solo impiden la fecundación, sino que hipotecan la futura maternidad:
el uso continuado de la píldora
anticonceptiva o del anillo vaginal provoca la disminución de la reserva
ovárica entre un 16 y un 19%, además de reducir el volumen de los ovarios entre
un 29 y un 52%. La píldora ‘antibaby’
acelera el envejecimiento de los ovarios y anticipa la menopausia[30].
La actual crisis sistémica está
acelerando el proceso biopolítico genocida y las medidas que están tomando los
diferentes Estados prometen resultados significativos inmediatos en la reducción
del número de habitantes. La vacunación
masiva en Reino Unido contra la Covid-19 ha provocado, en tan solo seis
semanas, el aumento de un 366% de abortos involuntarios en mujeres embarazadas
que recibieron una dosis de las “vacunas” de Pfizer o AstraZeneca.
Al menos tres recién nacidos murieron en Reino Unido porque sus madres habían
recibido la “vacuna” durante la gestación[31].
Las
llamadas “vacunas” contra la Covid-19 afectarán al buen funcionamiento de los
testículos e impedirán el desarrollo de la placenta[32]. ¿Es la
vacuna contra la Covid-19 el golpe definitivo que servirá para reducir de
manera significativa el número de habitantes de Occidente?
V.
Conclusiones:
¿qué podemos hacer?
- Ser
prudentes. No vacunarse, no vacunar.
Evitar el parto hospitalario siempre que sea posible; acudir al parto en presencia de una persona de confianza.
- Convertirnos en los primeros responsables de
nuestra salud, sin delegar el cuidado de nuestro propio cuerpo a terceros. Debemos
llevar una vida sana, responsable, activa, armoniosa, convivencial y alegre
para no tener que depender de fármacos y servicios médicos profesionales. Debemos aprender a vivir al margen del
sistema sanitario, siempre que sea posible y conveniente[33].
- Al mismo
tiempo, tenemos que mantener un espíritu científico que nos ayude a encontrar
las causas y los remedios de nuestras dolencias, físicas y espirituales. La meditación, la auto-observación, la
reflexión, pero también la lectura, el estudio y el consejo de las personas con
experiencia (los verdaderos expertos) son los aspectos fundamentales que
nos permiten mantener o mejorar nuestra salud.
- No
debemos rechazar la medicina científica, pero sí debemos abandonar la actitud
pasiva propia del ‘paciente’ que entrega su destino a un desconocido con bata
blanca. La medicina científica es
conveniente y necesaria; un sistema de
salud democrático y autogestionado por las comunidades populares resulta
mucho más humano, económico, inclusivo y eficaz que no aquél que nos es impuesto
por el Ministerio de Sanidad, la Organización Mundial de la Salud y la gran
industria farmacéutica.
- Los
profesionales de la salud deben abandonar inmediatamente su actitud de
‘funcionarios’, es decir, el de herramientas que se limitan a seguir protocolos
y obedecer órdenes de sus superiores al margen de las evidencias científicas y a
espaldas del saber experiencial. El
principal objetivo del profesional de la salud debe ser el de mantener una actitud ejemplar basada en la
actuación conforme a un estricto código de valores personal que le impida
aplicar medidas eugenésicas y genocidas como las descritas. Antes que médico,
ser humano.
- Entre los
máximos responsables de las políticas que atentan contra la vida hay que
añadir, además de a los médicos y enfermeros que las llevan a cabo y a los
multimillonarios que dan la cara y absorben el peso de la culpa (Bill Gates), a
los altos funcionarios de los ministerios y de los organismos supraestatales que
elaboran los proyectos de ley y ordenan al ejecutivo las esterilizaciones
forzosas y otros protocolos sanitarios que atentan contra la vida y la salud de
las personas.
- El
conjunto de la sociedad debe (debemos) despertar y aceptar que los poderes establecidos no desean nuestro
bien, sino que actúan conforme a sus intereses particulares y que éstos suelen
ser contrarios a los nuestros. El poder es desalmado, inmoral, asesino y
genocida, tal y como demuestra la historia reciente y el desolador presente de pandemias de laboratorio y vacunación
forzosa. La Sanidad no debe estar en
manos del Estado.
- Debemos
pasar a la acción y comenzar a exigir
responsabilidades penales a todos aquellos burócratas, políticos, médicos, científicos,
empresarios, policías, periodistas, jueces y fiscales que, por acción u
omisión, están colaborando en la perpetración del mayor genocidio conocido de la historia.
La construcción de un nuevo
individuo y de una nueva sociedad es urgente y necesaria. O lo hacemos ya, o
desaparecemos.
Antonio Hidalgo Diego
Colectivo Amor y Falcata
[1] Conceptos desarrollados en la obra
Vigilar y castigar (1975) de Michel
Foucault y expuestos a modo de metáfora en la película El show de Truman (1998).
[2] El darwinismo es una teoría que ha
trascendido el campo de la biología, pues ha contribuido a conformar una
sociedad maquiavélica basada en el odio al prójimo, la competitividad y la
inmoralidad, una ideología conocida como darwinismo social. El darwinismo biológico
y social está emparentado con las ideas de Thomas
Hobbes (el ser humano es un lobo para el ser humano, así que las leyes positivas
y la coerción del Estado son imprescindibles para conseguir la paz social), con
las ideas de Friedrich Nietzsche (la
libertad del sujeto se realiza mediante la voluntad de dominar y machacar al
prójimo) e incluso con las ideas difundidas por los filósofos neoplatónicos (el cuerpo, la materia, la naturaleza son
elementos perversos; solo las ideas son positivas).
[3] El concepto ‘eugenesia’ fue desarrollado
por Galton en la obra El genio
hereditario (1869).
[4] George B. Shaw afirmó: ‘Con objeto
de producir más niños superiores, la
sociedad debería permitir a mujeres capaces concebir niños de varones capaces a los que no volverían a ver’. Además de escribir perlas
como esta, Shaw elogió la figura de Adolf Hitler, tal y como se expone en el
artículo El camino hacia la neoeugenesia,
dentro de Cuaderno de Cultura
Científica. Sobre la perversidad del escritor de ciencia ficción H.G. Wells
recomiendo la escucha de los programas H.G.
Wells, apóstol del Nuevo Orden Mundial del canal de internet El submarino Subversivo.
[5] El Estado biológico: higiene racial nazi, 1933-1939, dentro de Enciclopedia del Holocausto.
[6] El País, 24/11/2009.
[7] EEUU: Alarma por los informes que denuncian la esterilización forzosa
de mujeres detenidas, artículo que aparece en la página web de Amnistía
Internacional (17/9/2020).
[8] El País, 29/3/2000.
[9] El historiador y político Thomas
Huonker realizó un exhaustivo estudio de la eugenesia en Suiza que resume un
artículo de Swissinfo del 14/3/2002.
[10] Nippon.com, 29/8/2018.
[11] BBC News, 12/4/2012.
[12] Esterilización forzosa en Sudáfrica: ‘Me extirparon el útero y no tuve
la menor idea durante 11 años’, BBC
News (19/5/2020).
[13] El diario El País le dio un vergonzante masaje al entonces presidente del
Perú por haber participado en la conferencia feminista de la ONU organizada en
China. En el artículo titulado Fujimori,
único presidente entre mujeres (12/9/1995) el periódico de la progresía
española babeaba por la nueva ley peruana que “legalizaba” las operaciones de
ligadura de trompas y vasectomía que tanto incordiaban a la Iglesia católica, al
tiempo que felicitaban a Alberto Fujimori por ser el único mandatario mundial
de sexo masculino en molestarse en apoyar con su presencia la Conferencia Mundial de la Mujer. Es una
pena que El País no informase a sus
lectores que el plan del presidente “feminista” peruano consistía en mutilar a
miles de mujeres pobres y practicar un genocidio contra las comunidades
indígenas.
[14] Consultar Feminicidio o Auto-construcción de la mujer. Volumen 1: Recuperando la
historia (2014) de María del Prado Esteban Diezma y Félix Rodrigo Mora,
Aldarull.
[15] Cuando Napoleón Bonaparte inicia la
era del biopoder con la instauración
del patriarcado contemporáneo a través del Código Civil de 1804 su intención era que las mujeres de las clases
populares fuesen reducidas a la condición de útero, sin voz ni voto, cuya función social principal era la de
nutrir de carne de cañón a los ejércitos nacionales y de mano de obra a la
nueva industria. Así pues, el origen del patriarcado contemporáneo no hay que
buscarlo en las supuestas conductas machistas ancestrales de los hombres de las
clases populares, tal y como defienden las desinformadas feministas, sino en
una decisión biopolítica emprendida por los Estados en base a sus intereses
militares e industriales. Resulta complejo explicar las razones por las que los
altos funcionarios de los actuales Estados de Occidente llevan décadas
implementando una biopolítica basada en
la reducción de la población autóctona mediante la promoción de la
inmigración masiva extranjera, la práctica del aborto, el uso de
anticonceptivos, el fomento de las prácticas sexuales no reproductivas, la
homosexualidad, la pornografía, la pederastia, la niñofobia, la “necesidad” de cursar estudios interminables, el
encarecimiento artificial del precio de la vivienda, el estrés o la castración
química causada por los agentes tóxicos presentes en el medio ambiente, los
alimentos procesados, los medicamentos y las vacunas. Para conocer la dimensión
que está alcanzando el llamado invierno demográfico se debe consultar Erótica creadora de vida.
Propuestas ante la crisis demográfica (2019) de Félix Rodrigo Mora,
Potlatch ediciones.
[16] Desde la Segunda Guerra Mundial
(1939-1945) la práctica de la violación forma parte de la estrategia de los
ejércitos occidentales. Solo en la ciudad de Berlín, 995 mujeres solicitaron un
aborto en 1945-1946 por haber sido violadas por soldados del Ejército Rojo que
obedecían órdenes del delincuente sexual Lavrenti Beria, responsable del Comité de Defensa Estatal soviético durante
la ‘Gran Guerra Patria’; unas 100.000 mujeres fueron violadas en la capital
alemana; 1,4 millones de mujeres fueron
violadas solo en el este de Alemania. Consultar Berlín, la caída: 1945 de Antony Beevor.
[17] Consultar las obras La escritura en el cuerpo de las mujeres
asesinadas en Ciudad Juárez: territorio, soberanía y crímenes de segundo estado
(2008) de Rita L. Segato y El
Minotauro en Alcàsser. Crimen sádico, voluntad de poder y feminismo de Estado (2020)
de Antonio Hidalgo Diego, Potlatch.
[18] Consultar La Conspiración WITCH: El feminismo de género en el sistema NOM (7/1/2019)
de Laureano Benítez, publicado en Madridpress.com.
[19]¿Es
el objetivo real de la vacuna anti-fertilidad reducir la población mundial? Jesús García Blanca. Publicado en Dsalud, Revista Mensual de Salud y Medicina,
Julio de 2013.
[20] Misma referencia que en la nota
anterior.
[21] El abuelo de Bill Gates, William
Henry Gates I, era miembro de la Sociedad
Americana de Eugenesia; su padre, William Henry Gates II, impulsó la Federación Americana para la Planificación
Familiar. Bill, junto a su esposa, presiden la Fundación Bill y Melinda Gates que promueve todo tipo de medidas
eugenésicas. Gates, uno de los
principales accionistas de la multinacional de transgénicos y agroquímicos Monsanto, dirige desde el año 2000 la
GAVI (Alianza Global para Vacunas e Inmunización).
[22] O en un artículo de rtve noticias (19/1/2021) que reproduce y
confirma la frase de Gates pretendiendo desmentirla.
[23] Bill Gates se enfrenta a un juicio en la India por probar vacunas de
manera ilegal en niñas marginales (12/11/2014), Ecoportal. Pese a la abundancia de noticieros que publicaron en
2014 estas informaciones, las agencias ‘antibulos’ afirman en 2021, con total
descaro y falta de apego a la verdad, que son falsas.
[24] Hysterectomy. Indications, abuse, psychological impact (1995) en National Library of Medicine.
[25] Depresión y ansiedad en mujeres histerectomizadas no oncológicas
posterior a la cirugía (2019) por la Facultad de Medicina de la Universidad
Andrés Bello de Santiago de Chile. Publicado en Revista Chilena de Obstetricia y Ginecología.
[26] El mundo de la farándula ha puesto
su granito de arena para animar a las mujeres a que se mutilen los órganos
relacionados con su femineidad y fertilidad. Los medios de comunicación de todo
el mundo alabaron la valentía de la
actriz Angelina Jolie cuando ésta se sometió a una doble mastectomía
(extirpación de los dos senos) solo porque podía padecer en el futuro un
hipotético cáncer de mama.
[27] Interpretación errónea de una ecografía provoca la extirpación de una
trompa (26/5/2011) publicado por AVINESA (Asociación de Víctimas de
Negligencias Sanitarias).
[28] Consultar los artículos Violencia obstétrica: violencia de género y
violación de derechos humanos (29/5/2016), en Acta Sanitaria y Violencia
obstétrica: la maniobra de Kristeller carece de ciencia y ética (16/10/2019)
en No gracias, menos medicina y más salud.
Es muy recomendable también la consulta de las entradas del blog La Vida Intrauterina.
[29] Datos del Instituto Nacional de Estadística.
[30] Las mujeres que toman la píldora tienen menores niveles de reserva
ovárica (1/7/2014), publicado por SINC,
La ciencia es noticia.
[31] En solo 6 semanas hubo un aumento de un 366% de pérdidas de bebés por
nacer en madres que recibieron la inyección Covid, publicado en Ciencia y Salud Natural en base a los
datos del informe ‘Eudra Vigilance’ de
la Agencia Europea de Medicamentos.
[32] Consultar el Informe de Revisión Científica Covid-19 publicado en biologosporlaverdad.es.
[33] El médico que recomienda no ir al médico. Entrevista a Antonio
Sitges-Serra (13/4/2020) en El
Confidencial.